El objetivo principal de la terapia psicológica individual es ayudar al paciente a que tenga un mayor conocimiento sobre sí mismo. El concientizar y entender sus emociones, sus acciones y sus pensamientos le permite aprender a manejar sus estados de ánimo, mejorar su capacidad para tomar decisiones y desarrollar una autoestima sana, y así poder relacionarse mejor y reducir las sensaciones de malestar.

En el primer encuentro, que es gratuito, el paciente expondrá el porqué de la consulta y la situación emocional que está atravesando. El psicólogo, con ese conocimiento, planificará cómo se desarrollará la terapia y propondrá pautas de trabajo.

Luego de esta primera sesión se iniciaría una fase de exploración en profundidad de los problemas y las circunstancias actuales del paciente. Esto le permitirá, a lo largo del tratamiento, construir herramientas para concientizar su situación, responsabilizarse, y crear las formas más eficaces para alcanzar la felicidad.

La terapia se basa en un enfoque psicoanalítico orientado, que es una forma de tratamiento psicológico que cuenta con muchas pruebas de eficacia en estudios científicos. Está dirigida al presente, trabajando con técnicas que permiten incidir en la conducta repetitiva de la persona, alcanzando cambios significativos en la comprensión y en la acción, frente a las situaciones que generan sufrimiento.

Es un tratamiento muy práctico, que logra llegar a la resolución de los conflictos de una manera eficiente y rápida.

Se diferencia del psicoanálisis ortodoxo en que no es una terapia de larga duración, ni es necesario buscar la causa de los problemas actuales en la infancia, ni interpretar sueños, etc., a no ser que el paciente encamine el trabajo hacia esos rumbos.

Los tratamientos psicológicos orientados tienen una duración muy variable, pues depende mucho de cada paciente y de la problemática por la que consulta. Una terapia individual para problemas de ansiedad, por ejemplo, puede durar entre 8 y 15 sesiones; para estados depresivos, la duración puede ser algo mayor, acercándose a las 14 a 18 sesiones.

Al principio es conveniente que se realice una sesión por semana, y a medida que el paciente vaya mejorando, se pueden espaciar las sesiones a una frecuencia quincenal o mensual, según el caso. La duración de cada sesión es de una hora aproximadamente.

Es muy habitual que se recomiende algunas tareas para realizar fuera de la terapia (por ejemplo, anotar los pensamientos en momentos de malestar, practicar ejercicios de relajación, u otros que se diseñan y se adaptan a cada caso particular).

La terapia individual se emplea a menudo para trabajar los problemas de ansiedad, la baja autoestima, la inseguridad personal y la toma de decisiones, el autocontrol de emociones problemáticas, la sensación de estancamiento en la vida (tanto en el área sentimental como la vida laboral, las relaciones con otras personas significativas, etc.), los problemas sexuales (cuando no se tiene pareja o ésta no quiere participar en la terapia), etc.

En ocasiones, algunos de estos problemas están relacionados con la pareja o con otras personas de la familia. En estos casos, puede ser interesante valorar si es oportuno realizar una terapia de pareja o una terapia familiar. Este enfoque puede ser más interesante en casos más complejos o de más larga evolución.

Se recuerda que la ley nos obliga a guardar secreto profesional de todo lo que cuentan los pacientes.

Entonces si tienes alguna inquietud o te interesa realizar la primera entrevista gratuita siéntete libre de escribirme.

Saludos!

Lic. Pablo Talice

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