Seguramente casi todos los días escuchamos a las personas utilizar estas palabras, e incluso las usamos nosotros como parte cotidiana de nuestra vida. Pero ¿qué significan realmente en la psicología?

A lo largo de su obra, Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, definió el aparato psíquico de diferentes maneras. La primera de ellas fue el modelo topográfico, que lo dividía en consciente, subconsciente e inconsciente. Posteriormente, este modelo fue sustituido por el modelo estructural, que lo distinguía en Yo, Ello y Superyo. En el modelo topográfico, las operaciones y contenidos mentales se describían en relación a la conciencia.

Cualquier suceso mental que ocurría fuera de la conciencia y que no podía hacerse consciente mediante un esfuerzo de la atención, se consideraba perteneciente a otra región más profunda de la mente: el inconsciente. Los sucesos que podían hacerse conscientes mediante la atención se consideraban subconscientes. Todos aquellos que se producían a un nivel consciente estaban localizados en la superficie de la mente.

EL CONSCIENTE: El sistema consciente es aquella región psíquica en las que las percepciones que provienen del mundo exterior, del propio cuerpo o de la mente, se hacen conscientes. La consciencia es, en términos generales, un hecho subjetivo que puede comunicarse por el lenguaje y la conducta. Todo lo consciente es aceptado y reconocido como propio por el sujeto en el momento presente, dirige la atención y modula el comportamiento y la energía psíquica.

EL SUBCONSCIENTE: El sistema subconsciente consiste en todos aquellos sucesos, procesos y contenidos mentales que son capaces de alcanzar o llegar a la consciencia si se realiza un esfuerzo para concentrar la atención. Freud aplico el términos subconsciente o preconsciente a los contenidos mentales capaces de hacerse conscientes de forma fácil y bajo condiciones que se produzcan con bastante frecuencia, lo que los diferencia de los contenidos inconscientes, que muy difícilmente llegan a hacerse conscientes. Una de las funciones del subconsciente es mantener una barrera represiva, que “censura” anhelos y deseos, para evitar el desagrado, retrasar la descarga instintiva y lograr que la energía mental concuerde con las demandas de la realidad exterior y los principios o valores morales y éticos con que cuenta toda persona.

EL INCONSCIENTE: Es la suma total de todos los contenidos mentales o procesos que quedan fuera de la consciencia y que son incapaces de llegar a ella a causa de una contra-fuerza que es la censura o la represión. Estos contenidos mentales inconscientes suelen ser impulsos o deseos que resultan, en cierto modo, inaceptables, amenazadores o repugnantes para el propio sujeto, desde el punto de vista ético o intelectual; pese a la censura, estos contenidos pugnan por hacerse conscientes, siendo permanentemente reprimidos; si llega un momento en que surge el conflicto, se pueden desencadenar síntomas neuróticos.

Lo inconsciente muy difícilmente puede llegar a hacerse consciente, solo en algunas pocas excepciones: Cuando la censura está dominada por la aparición de síntomas psiconeuróticos; cuando se relaja, como en los estados de sueño, o mediante el trabajo psicoanalítico.

Hacer consciente lo inconsciente que nos genera conflictos y contradicciones, provocando el sufrimiento psíquico, es el trabajo al que apunta la terapia psicológica orientada. De esta manera se puede liberar y tramitar la energía contenida que puja por salir y nos genera angustia.

Concientizar es salud. Es bienestar emocional.

Lic. Pablo Talice

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